Plazas de Luque están sucias y olvidadas

Un enorme árbol se vino abajo afortunadamente nadie estaba cerca en el momento que se cayó, justo cuando se producía el fuerte temporal en varios puntos del país, los árboles  de la plaza son muy añejos y no se cortan las ramas  convirtiéndose el lugar en un vertedero de basura.

Durante días la basura queda acumulada en varios puntos del espacio y son las esquinas las más utilizadas como vertederos. Los desechos de todo tipo quedan depositados por mucho tiempo sin que se realice una limpieza por parte de la Municipalidad local.

Recordemos que el mosquito que transmite el dengue puede guarecerse en lugares que no gozan de atención y limpieza. La autoridades deben hacer su trabajo y comprometerse con su ciudad.

Luque necesita que los funcionarios municipales se pongan las pilas y no solo hagan caso a pedidos de familiares de concejales que si utilizan a su antojo las maquinarias y personales municipales.

La plaza utiliza es utilizada por niños, jóvenes y adultos para recrearse practicando algún deporte o simplemente caminar. Las veredas, rotas y desgastadas, ya muestran signos del paso del tiempo y la necesidad de un mantenimiento urgente.

A metros del espacio público se encuentra una escuela pública.  Vecinos del lugar urgen el actuar de  la Municipalidad de Luque.




Comuna luqueña descuida plazas y calles, mientras construyen canchas sintéticas

Así se encuentra la Plaza Rosa Morel en pleno Cuarto Barrio.

«Hay plazas que requieren inmediata intervención de parte del Gobierno Municipal, que las abandonó por completo», apuntaron los vecinos.

“La Comuna además cobra tributos por el mantenimiento de plazas que al final no cuida. Las autoridades no hacen nada. Una pena como dejan morir las plazas públicas y los niños y jóvenes no tienen dónde recrearse”, lamentaron.

Un espacio público abandonado por la Municipalidad de Luque. Los niños y jóvenes no pueden disfrutar del lugar.

Como ejemplo se puede observar la Plaza Rosa Morel, ubicada sobre la calle Luis Alberto de Herrera y la Concordia, del Cuarto  Barrio.

La denuncia de los vecinos fue luego de la publicación del uso irregular de las máquinas de la Municipalidad de Luque para la construcción de canchas sintéticas en lugares privados.

Existen 800 pedidos de uso de las maquinarias de la Municipalidad de Luque para arreglar calles vecinales y plazas en los barrios y compañías de Luque.

Sin embargo, los equipos son utilizados para realizar trabajos privados en un terreno del tío de la concejal Francisca Franco y para una empresa que alquiló el predio de la cancha del Club Primavera.




Plaza luqueña, en deplorable estado




La triste imagen de unas de las principales plazas de Cuarto Barrio

Un enorme yuyal se apodera del parque infantil en pleno vecindario.

Mientras la Municipalidad de Luque hacía
campaña hace unos meses colocando grandes carteles, hoy la plaza Rosa Morel
permanecía en estado de abandono.

Los vecinos cansados por la situación,
realizaron varios reclamos que hasta la fecha aún no tuvieron en cuenta en la
Comuna.

La plaza se convirtió en criadero de alimañas y mosquitos.

Los espacios públicos de la ciudad de la
Música dejan mucho que desear. Esta situación preocupa a los vecinos, y se
torna lamentable, en este caso, el estado de abandono de la Plaza Rosa Morel.

Así mismo, se puede observar la falta de
mantenimiento de los equipos del parque infantil, como ser la ausencia de
pintura en los juegos. También la fuente que forma una isla en el lugar
demuestra el deterioro en su pintura y la falta de funcionamiento.

Árbol caído permanece en el espacio público desde la tormenta pasada.

Las veredas limpias que se podían percibir en
antes, solo quedaron en el recuerdo. No solo por la incompetencia de las
autoridades.

Es momento que la Municipalidad de Luque, tome cartas en el asunto y mejore las condiciones de la Placita y, sean conscientes de que el buen mantenimiento de los espacios públicos mejora la calidad de vida de todos los habitantes, según el reclamo vecinal.

El infaltable cartel del intendente Carlos Echeverría.