Pesebre del Santuario, basado en la historia de San Francisco de Asís

El Staff Artístico y Cultural del Santuario Virgen del Rosario tuvo a su cargo el montaje del pesebre, creado acorde a la historia de San Francisco de Asís.

Este sábado se realizó el emotivo pesebre viviente recreado por alumnos del Centro de Artes Fussión Dance, dirigido por el maestro Francisco Arce y el guión a cargo del profesor Carlos Julián González Salinas.

Historia del pesebre

El pesebre lo inventó San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, en la Navidad de 1223, hace muchos años ya, en el pueblecito de Greccio, en Italia.

Francisco estaba débil y enfermo, y pensando que tal vez aquella sería su última Navidad en la tierra, quiso celebrarla de una manera distinta y muy especial.

Un amigo de Francisco, el señor Juan Velita, era dueño de un pequeño bosque en las montañas de Greccio, y en el bosque había una gruta que a Francisco se le parecía mucho a la cuevita donde nació Jesús, en los campos de Belén, y que él había conocido hacía poco en su viaje a Tierra Santa.

Francisco habló con su amigo, le contó su idea de hacer allí un “pesebre vivo” y juntos lo prepararon todo, en secreto, para que fuera una sorpresa para los habitantes del pueblo, niños y grandes.

Entre la gente del pueblo, Francisco y Juan escogieron algunas personas para que representaran a María, a José, y a los pastores; les hicieron prometer que no dirían nada a nadie antes de la Navidad y siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon la escena del nacimiento. ¡Hasta consiguieron un hermoso bebé para que representara a Jesús!

La noche de Navidad, cuando todas las familias estaban reunidas en sus casas, las campanas de la iglesia empezaron a tocar solas…  ¡Tocaban y tocaban como si hubiera una celebración especial!… Pero nadie sabía qué estaba pasando… El Párroco del pueblo no había dicho que fuera a celebrar la  Misa del Gallo… la Misa de Medianoche….

Sorprendidos y asustados a la vez, todos los habitantes de Greccio salieron de sus casas para ver qué estaba sucediendo… Entonces vieron a Francisco que desde la montaña los llamaba, y les indicaba que subieran donde él estaba.

Alumbrándose con antorchas, porque la noche estaba muy oscura y hacía mucho frío, todos se dirigieron al lugar indicado, y cuando llegaron quedaron tan admirados, que cayeron de rodillas, porque estaban viendo algo que nunca habían pensado poder ver. Era como si el tiempo hubiera retrocedido muchos, muchos años, y se encontraran en Belén, celebrando la primera Navidad de la historia: María tenía a Jesús en sus brazos, y José, muy entusiasmado, conversaba con un grupo de pastores y pastoras, que no se cansaban de admirar al niño que había acabado de nacer…

Después, cuando todos se calmaron, el sacerdote, que había sido cómplice de Francisco y de Juan Velita en aquel secreto, celebró la Santa Misa, y Jesús se hizo presente en el Pan y el Vino consagrados, como pasa siempre que se celebra una Misa en cualquier lugar del mundo.

Terminada la Eucaristía, Francisco, lleno de amor y de alegría, les contó a todos los presentes, con lujo de detalles, la hermosa historia de la Navidad, y Jesús, “luz del mundo”, llenó sus corazones de paz y de amor.

Tres años más tarde, Francisco de Asís murió, dejándonos esta hermosa costumbre de hacer el pesebre todos los años, que a todos nos gusta tanto.






Árbol navideño a base de artesanía popular en el Palacio de Gobierno

Nadie puede dudar de las bellas creaciones que elaboran las artesanas paraguayas, es por ello que diversos artistas se han unido para conformar un original arbolito con diversas especies de aves, de modo a adornar los jardines del Palacio de López.

La referida creación se encuentra en la sede del Palacio de Gobierno,  que de esta forma luce una de las ambientaciones navideñas más representativas del Paraguay, a cargo del Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA).

Al respecto, la presidenta del IPA, Cinthia Melgarejo, explicó que “nuevamente se expone nuestro arte popular, a través de estas piezas que conforman este gran árbol queremos honrar a las cientos y miles de familias que son productoras de nuestros alimentos”.

Como detalle principal está compuesto por diferentes objetos elaborados como: el tradicional sombrero piri tejido con fibras de karanda’y, pieza clave que simboliza el trabajo de miles de familias rurales; productos hortícolas tallados en madera de timbó, ajakas (cestos en takuara e ysypo, como piezas que sirven para la recolección de verduras y frutas).

Además de flores federales, mazorcas de maíz, como uno de los alimentos que constituyen la base de nuestra alimentación tradicional, diferentes especies de aves que forman parte de la fauna y flora local, entre otras piezas de alto valor cultural.

Todos estos adornos  fueron elaborados por artesanos y artesanas de las ciudades de Altos y Tobati y Atyrá,  del departamento de Cordillera, así como maestras de Luque y Limpio, departamento Central.

“Todos los elementos forman parte de nuestra identidad cultural y representan lo que somos como paraguayos y paraguayas”, expresó la titular del IPA. Fuente: Agencia IP.