Vecinos de Maka’í están hartos de un supermercado que tira aguas servidas en plena ruta Luque – Capiatá. El maloliente líquido fluye por la calle y con el paso de vehículos destruye el asfaltado. Urgen la intervención de la Municipalidad local.
La Essap y la Municipalidad de Luque trabajarán en conjunto para rehabilitar varios tramos de colectores cloacales en la cercanía del Mercado N° 1. El objetivo es acabar con la “cloaca a cielo abierto” que hace años fluye sin parar en la zona del “shopping de los pobres”. La obra encarada de forma interinstitucional tendrá una duración de al menos 20 días.
Cuadrilleros de la Dirección de Obras de la Municipalidad de Luque y de la Essap limpiaron los badenes y destrabaron las tuberías colapsadas en la Avenida Humaitá entre Capitán Bado y Moisés Bertoni (zona del Mercado N° 1 de Luque). El trabajo conjunto trajo un gran alivio para los comerciantes y clientes que estuvieron durante meses en medio de la cloaca.
Pobladores y comerciantes del microcentro y barrios aledaños de Luque están sumergidos en aguas cloacales y sufren el nauseabundo olor que expiden los registros a cielo abierto de la Essap, que desde hace años fluyen sin parar por las destrozadas calles.
Los técnicos de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap) constataron que los comercios ubicados en la zona del Mercado Municipal N° 1 de Luque, desechan todo tipo de residuos a la red cloacal, ocasionando el taponamiento de las tuberías y aflore de aguas negras en la vía pública. Esta situación genera una gran incomodidad e insalubridad a los comerciantes y clientes, quienes además deben soportar el nauseabundo olor. La Junta Municipal aprobó un convenio con la Essap para buscar una solución en la zona del Mercado.
No solo en la zona del Mercado Municipal N° 1 y en la Avenida Humaitá colapsaron los registros cloacales de la Essap. El mismo panorama se tiene frente a la Fiscalía de Luque, sito en Valeriano Zeballos e Independencia Nacional. El fuerte olor que expide la cloaca mantiene en vilo a los vecinos y funcionarios de la Fiscalía que deben lidiar diariamente con el nauseabundo olor.
