Los pesebres forman parte de una costumbre fuertemente arraigada en los
hogares paraguayos.
Sin embargo, no es común observar tanta dedicación, esfuerzo y una dosis
de creatividad como la que muestra la familia Sabaté, de Luque. Anualmente instalan
la réplica del retablo de Belén desde hace 65 años y van agregando juguetes
para la representación de la artesanía. Este año, colocaron a un nuevo
integrante del pesebre. Se trata de un carpintero arreglando una silla de
madera, explicó don Esteban Sabaté.
Según Sabaté, el pesebre gigante se tuvo que agrandar en un sector para
colocar al nuevo integrante.
La réplica del retablo de Belén, donde nació Jesús, se encuentra dentro
de una exuberante vegetación en la quinta familiar ubicada en el segundo barrio
Bella Vista, donde termina la calle Yrendagüe, a 100 metros de Benigno
González, a tres cuadras de la parada de la Línea 30. Se habilitará durante una
semana, entre este sábado 22 y el domingo 30 de diciembre próximo.
Don Sabaté explicó que como se trata de un pesebre hidráulico-eléctrico, funcionará en su plenitud desde la tardecita hasta cerca de la
medianoche, pero entre la Nochebuena y la Navidad no vamos a dormir, por qué en
esos días recibimos a unas 20 mil personas en total.
En este trabajo quedó soslayado el humilde y pintoresco
ambiente que tuvo la cuna del Niño Dios, porque se observa mucha tecnología, una lujosa cascada que mueve alrededor de 8.000
litros de agua en un circuito cerrado y hasta aparece la legendaria arca de
Noé, que representa el momento en que las aguas del diluvio inundaron la
tierra.
Un extraordinario verdor caracteriza al sitio, aromado con la infaltable
flor de coco y las frutas como la piña, el melón, banana, sandías.
Representación típica
El dueño de la conocida quinta explicó que el retablo cuenta con 100
personajes folclóricos para la representación típica de la artesanía nacional.
Explicó que 50 juguetes son hidráulicos. Comenzó con los campaneritos de
la iglesia; la chiperita, el carpintero, la señora que plancha, el que saca
agua del pozo, la que ordeña la baca, y otros personajes muy pintorescos que
son centros de atracción de chicos y grandes.
Agregó que en forma familiar se encargan de la preparación del pesebre
que lleva unos 15 días: Detalló que junto a sus hijos ponen a punto la parte
eléctrica, plomería, el montaje de la estructura metálica para colocar la carpa
para proteger el pesebre de las lluvias, además del diseño y jardinería.
En la entrada a la quinta también montaron un árbol gigante para dar el
toque y ambiente navideño de bienvenidas a los visitantes.
Este año aguardan la visita de unas 30 mil personas en 9 días que
permanecerá abierto el retablo gigante.