El acoso escolar implica agresión, ya sea física, verbal, emocional o social a niños o adolescentes de manera reiterada y sistemática por un compañero o grupo de estudiantes; dañando la autoestima y la moral de la persona acosada, quien cada vez se siente menos capaz de afrontar su realidad. Se debe tener en cuenta que un acoso puede durar mucho tiempo, incluso años y generan marcas, huellas en quienes la padecen.
En ese sentido, la Lic. Mirtha Maldonado, profesional del Dpto. de Psicología de la Facultad de Ciencias Médicas UNA, explicó que en el acoso escolar, el objetivo es intimidar, controlar e imponer poder sobre el otro, por eso es importante entender que se está ante una situación en la que se deben mirar todas las características que hacen a ese niño, niña o adolescente y que claramente lo hacen vulnerable. Tiene que ver con el rasgo de intimidar al otro, de hacerle sentir que tiene superioridad en base al miedo, “por eso es muy sufriente el acoso escolar, al haber mucho miedo, sufrimiento, daño, que ataca directamente la moral, la autoestima que va dañando la conducta del niño”.
Mencionó que no se debe dejar pasar por alto el acoso escolar, porque hay modificaciones en la conducta del estudiante y eso se observa por ejemplo al no querer asistir a la escuela, que empiece a tener dolores, a somatizar. “Se debe prestar atención a esos cambios. El niño o adolescente puede estar triste, decaído, actuar a la defensiva, no salir al receso, buscar estar solo en todo momento. El acoso escolar es el aislamiento social y cada vez puede ser más severo, porque el niño o niña tiene el manto de que está siendo acosado, entonces nadie se junta con él o ella”, apuntó la profesional.
La causa del acoso escolar es imponer, pero ¿por qué un niño o adolescente adopta esa posición? La profesional refirió que puede haber varios motivos, como que ese niño que está actuando de acosador con otro niño o grupo, también haya sufrido acoso o esté viviendo situaciones complicadas en la familia y esa sea una forma de reproducir conductas violentas con otro de menor fuerza, tanto física como emocional.
Como el acoso escolar es duro, no basta con tomar medidas represivas como amonestaciones o amenazas de expulsión del colegio, porque eso no detiene el acoso. “Se debe contar con un plan institucional que tenga como objetivo atacar el problema, al ser una dificultad de convivencia escolar que afecta no solo a la persona que sufre, sino también a los compañeros que ven lo que está pasando y sufren en silencio y no intervienen por temor de sufrir represalias”.
Es importante que las instituciones educativas tomen medidas para reparar la situación y que ese niño o adolescente pueda construir su grupo de pertenencia, de afecto, de vínculo y no tomar medidas, que en muchos casos recae en la víctima, al ser cambiado de institución.
“Se debe tomar un plan de trabajo de forma firme, serena y trabajar con los niños de todas las edades para identificar el acoso escolar, identificar maltrato o abuso sexual. Existen muchos materiales educativos que las instituciones educativas pueden utilizar y realizar charlas en forma grupal con los alumnos y de acuerdo a eso motivar para que saquen indicadores. Asimismo llevar a cabo trabajos individuales, realizar entrevistas con los padres, con los compañeros e ir desatando el poder que ostenta el joven o niño que está siendo de acosador y actuando de forma violenta. Además trabajar en la empatía y fomentar relaciones sanas, de cooperación, de ayuda”, recomendó.
La trayectoria escolar es importante para la vida y la salud mental en una niña, niño o adolescente. “Y cuando esa trayectoria escolar está marcada por la violencia o el acoso escolar y la inacción de las autoridades, pueden dejar profundas huellas”, indicó la psicóloga.
Finalmente refirió que un componente que siempre está presente es mantener el silencio al haber amenazas. El acoso escolar no solo es cruel y doloroso, sino que puede llegar a ser peligroso para la integridad física y psicológica de un escolar.