Escándalo en la Justicia Electoral de Luque
La jefa del Registro Electoral de la Oficina de Luque, Miguela Coronel (PLRA), está en el ojo de la tormenta. Un grupo de funcionarias la denunció por supuestos maltratos verbales; persecución laboral y violencia contra la mujer. Una jueza prohibió a la funcionaria a hostigar a sus compañeras de trabajo.
La terrible persecución incluso desencadenó en traslados y el despido de la funcionaria Vania Cáceres, con casi 10 años de antigüedad. La denunciada se muestra muy cercana al diputado liberal Rodrigo Blanco, según posteos en redes sociales y grupos de WhatsApp.
En el epicentro de la tormenta se encuentra la jefa del Registro Electoral por el Partido Radical Auténtico, Miguela Beatriz Coronel Monges, según una denuncia radicada en junio pasado en la División de Atención a Víctimas de Violencia Intrafamiliar de la Policía Nacional.
Dicha denuncia, promovida por la funcionaria Liliana Mabel Medina Flores, fue comunicada a la jueza de Paz Multifueros N°2 de Luque, Norma Beatriz Ortiz, quien tomó medidas sobre el espinoso caso y convocó a audiencias a las partes.
Como medida de protección, la magistrada ordenó la denunciada la prohibición de hostigar, intimidar, y molestar por medios telefónicos a su subalterna.
La jefa por la oposición, Beatriz Coronel, según sus Declaraciones Juradas, percibe un salario mensual de G. 4.400.000.
Más quejas contra la jefa
Cabe señalar que el impase con la jefa del Registro Electoral, Miguela Coronel, ya data desde hace dos años.
En ese sentido, los funcionarios colorados y liberales firmaron recientemente una nota para poner a conocimiento del presidente del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), sobre la supuesta persecución y maltratos a los funcionarios en la Oficina de Luque.
Sin embargo, en el 2022 el entonces presidente del TSJE, Jaime Bestard, había solicitado la “pacificación del ambiente laboral”, teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones generales, indica una nueva nota.
Pero aparentemente, las treguas solicitadas por Bestard no surtieron efectos y las aguas no se calmaron hasta que en junio pasado una de las funcionarias ya no soportó el ambiente laboral y decidió presentar la denuncia contra la citada jefa.
