Juez decreta prisión de policías detenidos por rapto y robo agravado

El suboficial Rubén Lezcano, uno de los detenidos y procesados por secuestro exprés y robo agravado.

Los policías detenidos son el suboficial primero
José Castillo Giménez (32), de la subcomisaría 03 de Cañada San Rafal, y de su
camarada Eudelio Rubén Lezcano Brítez (31), de la comisaría 46ª de Isla Bogado.
Ambos están privados de su libertad en sede de la Comisaría 8ª de Capiatá,
teniendo en cuenta que el hecho ocurrió en la jurisdicción de Capiatá.

Los uniformados fueron detenidos en sus respectivas
comisarías, durante allanamientos encabezados por el fiscal de Capiatá, Hugo
Pérez.

La denuncia fue presentada por el comerciante y
mecánico Mario Aldo Villamayo (41), quien tiene una bodega en su casa, en
Capiatá.

La víctima relató que los policías llegaron hasta su
negocio en la noche del sábado y le exigieron dinero. La suma requerida por los
uniformados era G. 10 millones.

El denunciante dijo que al negarse a entregar el
dinero fue raptado por los policías que se encontraban a bordo de una camioneta
particular.

Suboficial José Castillo, el segundo detenido por el grave hecho ocurrido en Capiatá.

Los dos citados policías estaban uniformados, mientras
otros dos hombres vestidos de civil, que deben ser identificados. Es decir
actuaron cuatro policías para cometer el grave hecho punible.

La víctima agrega que también se dedica a la compra
y venta de vehículos. Unos días antes de la “visita” de los policías publicó en
las redes sociales un anunció en el que escribió que tenía “plata en mano” para
comprar vehículos, por lo que cree que este elemento pudo haber incentivado a
los agentes para chantajearlo.

Sostuvo que los dos policías y los dos civiles lo
alzaron a una camioneta Hyndai, modelo Santa Fe, lo esposaron y después le
ordenaron que les entregara el dinero que tenía. Desde el principio exigían la
suma de 10 millones de guaraníes.

Seguidamente, y ante la desesperación del
comerciante, su esposa tuvo que inventar y entregar la plata, que totalizó G. 7
millones. Si no pagaban, los policías amenazaban con plantarle drogas y
enviarlo a la cárcel, según su relato.

Los dos suboficiales fueron reconocidos plenamente
por la víctima, quien tras ser liberado recorrió casi todas las comisarías
aledañas y encontró en sus unidades a los agentes.

En la madrugada del domingo radicó la denuncia en la
Comisaría 8ª de Capiatá, y el fiscal Hugo Pérez, informado de la grave
situación, procedió a allanar las dependencias policiales para aprehender a los
dos uniformados sindicados como autores de los hechos punibles.